Capcom, conocida por sus exitosas franquicias, lanzó originalmente Dragon’s Dogma en 2012 para PS3 y Xbox 360, seguido de una expansión titulada Dark Arisen en 2016 para PC. Con la llegada de Dragon’s Dogma II, se busca expandir y mejorar la fórmula original, manteniendo los elementos distintivos como el uso de peones, que son compañeros controlados por IA que asisten al jugador en su viaje.
Creación y Personalización de Personajes
En Dragon’s Dogma II, la personalización de personajes es muy detallada y se realiza a través de un sistema avanzado que permite crear tanto al Arisen como a su peón principal. Este sistema incluye opciones para personalizar rasgos físicos, como la forma del rostro y el estilo de cabello, así como características únicas dependiendo de si el personaje pertenece a la raza humana o a la nueva raza Beastren, que mezcla características humanas y animales.
Además de la apariencia, los jugadores pueden ajustar aspectos como la postura y el estilo de movimiento, e incluso influir en las inclinaciones del peón, lo que afecta su comportamiento en el juego. Estas inclinaciones pueden hacer que un peón sea más compasivo y de apoyo o más impulsivo y agresivo en combate.
La tecnología de fotogrametría usada en el juego permite crear personajes con un alto nivel de realismo. La personalización también influye en atributos como la resistencia y la capacidad de carga, lo que tiene un impacto directo en la jugabilidad.
Sistema de Peones
La mecánica de los peones es crucial en Dragon’s Dogma II. Estos compañeros, que los jugadores pueden personalizar en gran medida, son fundamentales tanto en combate como en exploración. Este sistema se ha expandido y refinado desde el juego original, ofreciendo nuevas dinámicas y opciones de personalización que impactan directamente en cómo estos peones interactúan en el mundo del juego.
Los peones pueden ser reclutados de las partidas de otros jugadores, lo que integra un aspecto comunitario y multijugador en esta experiencia principalmente de un jugador. Estos peones importados pueden traer habilidades únicas y conocimientos de otras aventuras, potencialmente beneficiando al jugador en su propia partida. Además, los peones pueden especializarse en habilidades que afectan directamente la jugabilidad, como la capacidad de traducir lenguajes ficticios del juego, lo que puede abrir nuevas áreas de la historia y misiones secundarias
Aunque esta característica es innovadora, la IA que los controla a menudo resulta deficiente, con comportamientos erráticos y decisiones tácticas cuestionables que pueden frustrar. Además, la interacción con peones de otros jugadores a través de la red añade una dimensión comunitaria al juego, aunque no exenta de irregularidades.
Rendimiento Técnico y Gráficos
A nivel técnico, Dragon’s Dogma II presenta desafíos significativos en cuanto a optimización. Inicialmente, enfrenté varios problemas de rendimiento, incluidos notables bajones de frames y stuttering, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas o durante escenas de acción intensa. Este problema parece estar relacionado con la alta demanda de procesamiento de la CPU que el juego requiere para modelar cada personaje y sus interacciones en entornos detallados, lo cual es particularmente exigente en áreas con muchos NPCs.
Para estabilizar la situación, tuve que pasar bastante tiempo ajustando las opciones gráficas. Aunque mi tarjeta gráfica, la RTX 3080, es bastante potente y debería manejar sin problemas la mayoría de los juegos a configuraciones altas, en Dragon’s Dogma II tuve que desactivar el ray tracing y ajustar la configuración de la ambient occlusion para obtener un equilibrio aceptable entre calidad visual y rendimiento fluido.
Afortunadamente, un parche reciente ha ayudado a mejorar estos problemas, aunque no los ha resuelto completamente. El parche parece haber optimizado algunos aspectos del manejo de recursos por parte del juego, lo que resultó en una mejora en la estabilidad de los frames y redujo el impacto de los problemas de stuttering.
Detalles del equipo usado para la review:
- CPU: Intel Core i9-10900K 5.3 GHz
- RAM: Corsair Vengeance RGB Pro Black 32GB (2x16GB) 3200 Mhz
- GPU: Gigabyte AORUS GeForce RTX 3080 MASTER 10GB
- Pantallas: Acer XB280HK 28″ LED 4K G-Sync
- Disco Duro: Corsair MP600 Force Series 500GB PCIe Gen 4.0 x4 NVMe
Jugabilidad y Mecánicas de Combate
En Dragon’s Dogma II, la jugabilidad se centra en una combinación de preparación estratégica y combate en tiempo real. Las vocaciones (clases) juegan un papel crucial, cada una ofreciendo habilidades y estilos de combate únicos. A medida que avanza el juego, puedes cambiar de vocación y experimentar con diferentes combinaciones de habilidades y equipamiento.
Otro punto clave en el combate es la capacidad de trepar grandes enemigos para atacar puntos débiles, y ahora también puedes pararte sobre ellos para usar un conjunto completo de movimientos. Las clases han sido reequilibradas y algunas fusionadas para eliminar redundancias, resultando en 10 vocaciones distintas. Las batallas contra monstruos son más dinámicas, con enemigos que muestran estados de agotamiento y furia.
Las vocaciones disponibles son las siguientes:
- Luchador: Excelente en combate cuerpo a cuerpo, utiliza espada y escudo. Especializado en bloqueos perfectos que permiten desestabilizar y contraatacar.
- Arquero: Especializado en combate a distancia, con habilidades para atacar puntos débiles usando flechas elementales.
- Ladrón: Rápido y ágil, usa dagas para ataques consecutivos y es hábil trepando monstruos.
- Mago: Fundamental para cualquier equipo, lanza conjuros ofensivos y curativos, adaptándose a las debilidades enemigas.
- Hechicero: Versión avanzada del mago, con hechizos más poderosos pero sin habilidades curativas.
- Guerrero: Avanzada del luchador, usa armas grandes y ofrece un combate más brusco y dañino.
- Arquero Mágico: Combinación de arco y magia, con capacidad para lanzar flechas mágicas y revivir aliados.
- Duelista Místico: Híbrido entre mago y guerrero, utiliza conjuros y combate cuerpo a cuerpo.
- Ilusionista: Controla el campo de batalla sin atacar directamente, crea ilusiones y potencia a los aliados.
- Adalid: Versátil, maneja diversas armas y habilidades de varias vocaciones, aunque con estadísticas más bajas.
Pero no es oro todo lo que reluce, la jugabilidad, especialmente en combate, inicialmente ofrece una experiencia emocionante y dinámica. Sin embargo, esta emoción se desvanece rápidamente ya que los enfrentamientos se vuelven monótonos y repetitivos. Además, no todas las vocaciones son satisfactorias de jugar, como pueden ser el Ilusionista o incluso el mismo Mago, resultando menos impactantes de jugar que el resto de vocaciones
Exploración
En Dragon’s Dogma II, la exploración es una parte esencial de la experiencia. El juego cuenta con un mundo extenso lleno de secretos, desafíos y materiales que puedes recoger o combinar para crear objetos más potentes. Los jugadores deben estar atentos a los detalles del mapa, que incluye localizaciones importantes como campamentos y ciudades, además de marcar los lugares que han visitado previamente para una mejor orientación.
La salud se reduce con cada ataque recibido o por caídas, y sólo puede restaurarse completamente en posadas o campamentos, donde también se recupera el medidor de pérdida acumulado por daño continuo. La energía es vital para realizar acciones como correr o usar habilidades especiales. Se agota con el uso, pero se regenera automáticamente con el tiempo, y este proceso puede acelerarse permaneciendo quieto. Administrar la energía es crucial para mantener la capacidad de maniobra en combate y exploración.
Los campamentos no solo ofrecen un lugar para restaurar salud y energía, sino que también permiten cocinar alimentos que proporcionan bonificaciones temporales. Estos sitios son puntos estratégicos para la gestión y preparación antes de emprender nuevas exploraciones o enfrentamientos.
Uno de los aspectos más críticos es el constante encuentro con enemigos, que a menudo no se ajustan al nivel del jugador, añadiendo un grado significativo de dificultad y, a veces, frustración, especialmente cuando los enemigos reaparecen en áreas ya exploradas.
La noche trae consigo un incremento en la aparición de monstruos más peligrosos, transformando la exploración en un desafío mayor. Llevar una linterna es esencial para la visibilidad. Además, la interacción con el agua debe hacerse con cautela, ya que criaturas como los Piélagos acechan en las profundidades y pueden causar la muerte instantánea.
El tiempo influye en la disponibilidad y acciones de los NPC, quienes cambian de ubicación y actividades según la hora del día. Esto añade un realismo dinámico al entorno del juego, donde los jugadores deben planificar sus acciones considerando estos cambios temporales, pero también hace tedioso completar algunas de las misiones.
Narrativa y Misiones
En Dragon’s Dogma II, la historia principal y las misiones secundarias a menudo carecen de la profundidad y complejidad que podrían esperar los jugadores. Aunque el juego presenta un mundo expansivo lleno de potencial para historias ricas e inmersivas, la ejecución de la trama principal se siente superficial y desconectada. Las interacciones con los NPCs no ofrecen opciones significativas que impacten en el curso de los eventos, lo que contribuye a una experiencia narrativa que a veces parece automática y sin vida. Las misiones de sigilo e infiltración, particularmente, parecen forzadas dentro del contexto del juego, resultando en una dinámica frustrante y poco intuitiva para los jugadores que buscan una integración más orgánica de diferentes estilos de juego.
Oportunidades Perdidas en la Exploración de un Mundo Rico
Si un jugador decide concentrarse únicamente en la misión principal, ignorando las misiones secundarias y otras actividades, Dragon’s Dogma II puede completarse en aproximadamente 30 horas. Este enfoque lineal puede no aprovechar todo el contenido que el juego tiene para ofrecer, pero proporciona una opción para aquellos que prefieren una experiencia más directa y centrada.
La falta de opciones narrativas con consecuencias significativas y la débil integración de ciertas mecánicas de juego pueden dejar a los jugadores sintiendo que sus decisiones carecen de peso real dentro del mundo del juego. Esta percepción puede afectar negativamente la inmersión y la conexión emocional con el juego, elementos cruciales para una experiencia de RPG satisfactoria.
Dragon’s Dogma II ofrece un mundo detallado y visualmente impresionante, que podría ser el escenario perfecto para una narrativa compleja y misiones secundarias enriquecedoras. Sin embargo, la realización de este potencial se ve limitada por una narrativa central débil y la repetición de misiones que no capturan completamente la imaginación ni desafían al jugador de maneras significativas.
Conclusiones Finales
Dragon’s Dogma II logra expandir y enriquecer la fórmula que hizo conocido a su predecesor, ofreciendo una experiencia de juego profundamente personalizable y visualmente impresionante. El avanzado sistema de personalización de personajes y la mecánica refinada de los peones destacan como puntos fuertes del juego, permitiendo a los jugadores una inmersión y una interacción únicas con el mundo del juego.
Sin embargo, no todo es perfecto en el reino de Gransys. La inteligencia artificial de los peones, aunque innovadora, a menudo sufre de problemas que pueden romper la inmersión y frustrar. Además, el rendimiento técnico del juego presenta desafíos, especialmente en áreas densamente pobladas, aunque recientes actualizaciones han mitigado algunos de estos problemas sin resolverlos completamente.
A nivel de jugabilidad, las batallas dinámicas y la variedad de vocaciones ofrecen inicialmente una experiencia emocionante que, desafortunadamente, tiende a desvanecerse con la repetición y una exploración que puede resultar monótona. A esto se suma una narrativa que, aunque prometedora, resulta superficial y desconectada, lo que afecta la capacidad del juego para enganchar emocionalmente a los jugadores y hacer que se sientan verdaderamente parte de su mundo.
Dragon’s Dogma II es sin duda un título ambicioso que captura la esencia de lo que puede ser un gran RPG, pero aún se queda corto en varios aspectos fundamentales que podrían elevarlo a la altura de los clásicos del género. Aunque cuenta con los cimientos para ser un juego memorable, Capcom tiene aquí una oportunidad de pulir y mejorar estos elementos para realmente aprovechar todo el potencial que Dragon’s Dogma II tiene para ofrecer.