Hoy nos sumergimos en Naheulbeuk’s Dungeon Master, no solo para recorrer sus pasillos y estrategias, sino para compartir una opinión sincera, despojada de tecnicismos y centrada en la esencia del juego. Este título no es simplemente otro simulador más; es una aventura gestora que destila originalidad y ofrece una campaña interesante e ingeniosa de varias horas de duración. Nota: Las capturas tienen baja calidad porque me he pasado con la compresión, disculpad.
Naheulbeuk’s Dungeon Master no solo nos invita a sumergirnos en su mundo con una campaña envolvente, sino que también nos brinda la libertad de explorar nuestra creatividad en el modo libre. Ambas opciones ofrecen experiencias distintas y complementarias para los jugadores.
En la Campaña, asumimos el papel del Maestro de la Mazmorra, Zangdar, y nos embarcamos en una misión crítica: la de construir y administrar la mazmorra más formidable de todo Fangh. Las tareas son vastas y variadas, desde construir y acondicionar cada espacio hasta reclutar esbirros y aumentar la reputación de nuestra fortaleza. La competencia «Sumisión absoluta al Maestro» no es solo una frase pegadiza, sino una muestra del tono humorístico y desafiante que impregna el juego. Este modo de juego está diseñado para guiar a los jugadores a través de un conjunto de misiones que no solo ponen a prueba su habilidad para la estrategia y la gestión, sino que también les permiten sumergirse en la rica narrativa y el mundo que ha creado Artefacts Studio.
Por otro lado, el Modo Libre es el patio de recreo de la creatividad sin límites. Aquí, los jugadores pueden despojarse de las restricciones narrativas y centrarse en la construcción y gestión puras. Es una oportunidad para experimentar con diferentes configuraciones, probar estrategias sin la presión de los objetivos de la campaña y perfeccionar el arte de dirigir una mazmorra con una libertad sin precedentes. Este modo es ideal para aquellos que prefieren una experiencia más relajada y personalizable, donde la única meta es la que uno mismo se impone.
Las opciones de construcción son extensas y detalladas, brindándonos la libertad de diseñar desde tabernas hasta aseos, pasando por puestos de guardia y oficinas de contratación. La decoración es clave: cada sala cuenta con un sistema de reputación de estrellas que crece con cada adición, impulsando una gestión centrada en las expectativas y el bienestar de nuestro diverso equipo de trabajo.
La variedad de esbirros es digna de elogio, desde cocineros hasta verdugos, nigromantes y sacerdotes, cada uno con habilidades únicas ligadas a su raza, ya sean humanos, orcos, elfos, drows, enanos, bárbaros y hasta vampiros. Esta diversidad no solo añade profundidad estratégica, sino que también enriquece la experiencia con sus peculiares demandas y necesidades.
El toque de humor del juego es ingenioso y relevante, con guiños a la cultura popular y sistemas de valoración que añaden una capa de entretenimiento y crítica social. ¿Quién no disfrutaría viendo su taberna subir en el ranking de «Tripas Adviser» o navegando por la volatilidad del mercado «Tribes 35»?
Cada piso de nuestra fortaleza se desbloquea mejorando nuestra reputación y, aunque conlleva un coste de mantenimiento, nos recompensa con una mayor capacidad de alojar esbirros leales y en alguna de esas plantas encontraremos sorpresas algo ¡DIABÓLICAS!, ja, ja, ja. Las incursiones y defensas contra asaltos añaden acción y desafío a la experiencia, manteniéndonos siempre en alerta.
También tendremos que lidiar con otras facciones que irán apareciendo y podremos realizar diferentes tipos de misiones, aunque en la práctica no cambian absolutamente en nada, salvo en la composición del equipo que llevemos. Todas las misiones de incursiones se resolverán de forma automática.
Además, una vez alcancemos niveles más altos en reputación, se irán desbloqueando más recursos para fabricar como armas, herramientas, cadáveres, recursos de inteligencia e incluso energía mágica.
En cuanto a gráficos y sonido, Naheulbeuk’s Dungeon Master mantiene un perfil humilde pero efectivo, proporcionando el marco adecuado para disfrutar de su rica jugabilidad.
El juego cumple con las expectativas generadas en su pre-lanzamiento. Si bien algunas misiones pueden requerir paciencia, la constante apertura de nuevas habitaciones, unidades y áreas de incursión aseguran que la experiencia siga siendo gratificante. No es un mar de opciones infinitas, pero lo que ofrece, lo hace con calidad y cariño.
Naheulbeuk’s Dungeon Master no solo es un juego; es una declaración de que incluso en un género donde han elaborado tantas variantes, todavía hay espacio para la innovación y el encanto. Con su lanzamiento el 15 de noviembre, parece que estamos ante un título que, aunque modesto en ciertos aspectos, está destinado a dejar huella en el corazón de los aficionados a la gestión y estrategia de mazmorras.
El análisis
Naheulbeuk's Dungeon Master
Naheulbeuk's Dungeon Master no solo es un juego; es una declaración de que incluso en un género donde han elaborado tantas variantes, todavía hay espacio para la innovación y el encanto.