Pax Dei sigue puliendo su modelo económico y esta semana ha llegado una aclaración clave: sí, se podrá jugar gratis, pero no se podrá tener terreno propio si no pagas. Mainframe Industries ha salido al paso de las críticas y dudas surgidas tras anunciar su sistema de suscripción, y ha querido dejar claras las condiciones de acceso, uso de parcelas y lo que implica tener —o no tener— una Premium Membership.
La noticia no llega sola. Hace apenas unos días hablamos del recorte de plantilla dentro del estudio, un movimiento que ya dejaba entrever que se estaban tomando decisiones difíciles para garantizar el futuro del proyecto. La transparencia actual sobre el modelo de negocio parece una extensión natural de aquella reestructuración.
Jugar sin pagar, pero como invitado en casa ajena
Según el nuevo comunicado, cualquier jugador podrá entrar al mundo de Pax Dei sin necesidad de una suscripción. Podrá explorar, comerciar en el mercado, fabricar objetos en estaciones públicas y colaborar en construcciones ajenas siempre que tenga permisos. Nada mal como punto de partida. Pero hay una traba importante: no se podrá tener parcela propia sin suscripción.
Es decir, los jugadores gratuitos no podrán reclamar terreno, ni levantar su propia casa ni desarrollar estructuras personales. En un juego donde el asentamiento es el núcleo de la experiencia, es una limitación relevante. Como resumen, lo han dejado claro con una frase que lo dice todo:
“Pax Dei se puede jugar igual sin suscripción, excepto que no tendrás una parcela propia”.
La posesión del terreno no es meramente estética. Define el progreso, la organización de clanes y la identidad dentro del mundo persistente. El no tenerla te convierte, en la práctica, en un visitante dependiente del permiso de otros.
Las parcelas no pagadas no desaparecen de golpe, pero sí caducan
Mainframe también ha detallado cómo funcionará el vencimiento de parcelas. Cuando una expira, entra en una fase de congelación: no se pueden construir piezas nuevas ni editar permisos, aunque sí usar cofres y estaciones. Si durante ese tiempo no se reactiva, se libera para que otro jugador la reclame. El contenido no se pierde, sino que pasa a una cola de redención.
Los miembros de un clan no recibirán notificación de la expiración a menos que sean los dueños del terreno, lo cual es un punto débil del sistema. En comunidades activas o pueblos compartidos, esto puede provocar pérdidas imprevistas. “Estamos trabajando en opciones de transferencia de parcelas entre jugadores”, aseguran, pero no estará listo para el lanzamiento.
Tampoco se podrá regalar suscripciones o pagar por la parcela de un amigo al principio. Son características que podrían llegar más adelante, si la comunidad lo demanda.
En cuanto al mercado, todos los jugadores podrán acceder a él sin restricciones, incluso para adquirir objetos avanzados. Un acierto, ya que garantiza que la economía fluya. Y sobre el problema habitual de los bots y el oro fácil, la respuesta ha sido realista:
“Los bots y el farmeo han existido en todos los modelos. Nosotros actuaremos contra quien rompa las reglas, pague o no”.
Fundadores: un mes Premium de cortesía y contenido según tu pack
Los jugadores que compraron un Founder’s Pack durante el acceso anticipado recibirán un mes de suscripción Premium gratis al primer inicio de sesión en la versión 1.0. Durante ese mes, tendrán acceso a varias parcelas y conservarán todos los extras adquiridos. Quienes tengan los DLC Journeyman y Master, pero no el Artisan, recibirán cuatro ranuras de personaje, recetas exclusivas y tres parcelas para ese mes de prueba.
Después, si quieren conservar su terreno, tendrán que pagar. Si no lo hacen, la parcela caducará según el sistema mencionado. A corto plazo no parece problemático, pero en el medio-largo podría suponer un goteo constante de contenido abandonado y tierras en rotación.
La sensación general es que el modelo aún está en fase de ajuste. No es abusivo, pero sí establece una división clara entre quien paga y quien no. No limita el acceso al juego, pero sí a su capa más estratégica y social. Veremos si esto genera una comunidad sostenible o si la falta de incentivos para los jugadores gratuitos acaba desinflando la base activa.
¿Tú lo ves justo? ¿O crees que limitar la propiedad del terreno es ponerle una barrera demasiado alta a quienes solo quieren explorar sin compromisos?